La microbiota tiene un importante rol en el desarrollo de la obesidad. De hecho, la microbiota intestinal es reconocida como un órgano más, pues tiene la capacidad de modular procesos, producir vitaminas, facilitar el metabolismo, juega un papel clave en la diferenciación del tejido intestinal y en el sistema inmunológico.
Estas actividades nos dan una idea de la importancia de este órgano. Su rol en el desarrollo de la obesidad es un tema de creciente interés al ofrecer una mayor comprensión de la enfermedad y diversificar las líneas de acción. Hoy te contamos todo sobre la microbiota y la obesidad.
¿Qué es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal es el ecosistema más complejo de la naturaleza, alberga 100 billones de microbios que se relacionan en forma simbiótica con tu organismo.
Entre los microorganismos hallados frecuentemente destacan las especies Bacteroides, Eubacterium, Fusobacterium, Ruminococcus, Clostridium y Lactobacillus. Sumada a la investigación genética se ha podido obtener una gran cantidad de datos sobre la composición y propiedades funcionales de muchas de estas cepas.
La microbiota intestinal es una huella digital tanto del medio ambiente como del material genético que heredamos. De hecho, se presume que la microbiota representa una extensión de la información del núcleo y mitocondria de la célula.
Microbiota intestinal y obesidad
¿Podría existir alguna relación entre la microbiota intestinal y la obesidad?
Los grandes avances en la ciencia y el conocimiento del funcionamiento del cuerpo humano, han llevado a la teoría de que las cepas microbianas que forman parte de nuestro intestino tienen un papel importante en el desarrollo de la obesidad.
Las primeras investigaciones se centraron en analizar el microbioma intestinal de ratones obesos. Entre los resultados hallados destacan:
- Los ratones obesos presentaban abundancia de las bacterias Firmicutes 60-80% y Bacteroides en un 20-40% con mayor proporción a nivel del ciego intestinal en comparación a los ratones no obesos.
- En general, los ratones obesos mostraron disminución del 50% de Bacteroides y aumento proporcional de Firmicutes.
- Mayor representación de genes de la microbiota del obeso involucrados en la extracción de energía de los alimentos.
- También se ha asociado la obesidad del ratón con bacterias específicas, como Halomonas y Sphingomonas.
- Reducción general del número de Bifidobacterias.
Si trasladamos la investigación a los humanos, podemos apreciar resultados bastante similares:
- Al comparar la microbiota de sujetos obesos con individuos delgados se halló una presencia reducida de bacteroides con relación a los Firmicutes.
- La familia Firmicutes contiene muchas especies productoras de butirato y acetato, ácidos grasos de cadena corta, lo que se traduce en un incremento del aporte energético.
- Elevada proporción de Arqueas en comparación a los individuos no obesos. Estas bacterias son particularmente resistentes y tienen la capacidad de aumentar la eficacia de la fermentación de polisacáridos de la dieta aumentando su conversión en ácidos grasos de cadena corta y contribuye al mayor almacenamiento de grasa.
- Por su parte la familia Bacteroide muestra una relación inversa con el sobrepeso y la obesidad tanto en adultos, niños y mujeres embarazadas.
Estos datos demuestran que la microbiota constituye un factor ambiental altamente relevante en el desarrollo de la obesidad.
Disbiosis intestinal y obesidad
La disbiosis intestinal aparece cuando hay desequilibrios microbianos que se asocian a perturbaciones metabólicas. La prevalencia de ciertos genes microbianos se relaciona con mayor peso corporal, masa grasa, inflamación, incremento de los niveles de glicemia y alteraciones en el metabolismo de los lípidos.
En general la obesidad está asociada con un intestino que difiere de la microbiota magra cuando se comparan variables como la composición, la diversidad, la actividad metabólica y el contenido genético.
La disbiosis de la microbiota intestinal también altera la composición de los ácidos biliares y aminoácidos de cadena ramificada que se han asociado a una disminución de la sensibilidad en la insulina.
En este punto, la complejidad es identificar si la obesidad es consecuencia de la disbiosis o viceversa.
Flora intestinal obesogénica ¿condenados a la obesidad?
Al nacer nuestro intestino está libre de bacterias, pero inmediatamente después del parto empieza a ser poblado ¿por cuáles bacterias? Esto depende de la microbiota fecal y vaginal de la madre, el medio ambiente, flora bacteriana de la piel, etc.
Dentro de los siguientes dos a tres días el ambiente creado por las primeras bacterias promueve el crecimiento de otras especies (Lactobacillus y Bifidobacterias). Al cabo de dos semanas el intestino ya está colonizado.
La alimentación del lactante es determinante en la composición de la microbiota intestinal y la obesidad infantil. En los niños alimentados con leche materna prevalecen las Bifidobacterias, exhiben menor flora fermentativa y presentan menor riesgo de alergias.
Luego de seis meses, cuando se diversifica la dieta, hay una mayor diferenciación de los microorganismos que estarán presenten en la vida adulta.
En Back To Human apoyamos la alimentación saludable en cualquier etapa de la vida. Te recordamos que la alimentación infantil y los hábitos que les enseñamos a los más pequeños juegan un importante rol en su salud futura.
¿Entonces la flora intestinal puede ser modificada? Para nuestra fortuna sí. Hay dos factores de peso:
- Cambios de hábitos de alimentación mantenidos a largo plazo influyen en las variaciones de la microbiota.
- Aparición de enfermedades.
Factores que inducen a la obesidad en personas con alto riesgo genético |
Alto consumo de bebidas azucaradas |
Alto consumo de alimentos fritos |
Alta ingesta de ácidos grasos saturados |
Estilo de vida sedentario |
Sueño deficiente o de baja calidad |
Estilo de vida físicamente inactivo |
La dieta como herramienta para modular la microbiota y la obesidad
En BTH apostamos por la salud, por eso, hablaremos de cómo la alimentación modifica tu microbiota, en especial ciertos componentes que generan efectos sobre la microbiota intestinal y la salud en general.
Elevado consumo de grasas
Las dietas ricas en grasas se relacionan con la reducción de las bifidobacterias y sobreactivación del sistema endocannabinoide, eventos que pueden alterar de forma negativa la composición de la microbiota intestinal que conduce a un aumento de la permeabilidad.
La pérdida de la permeabilidad intestinal facilita el paso de agentes patógenos al torrente sanguíneo, los cuales contribuyen a la aparición de inflamación y alteraciones metabólicas.
Adicionalmente, cuando la permeabilidad intestinal se ve comprometida, incrementa el paso de lipopolisacáridos (LPS) a través de los capilares intestinales.
Los lipopolisacáridos son un componente de la membrana celular de algunas bacterias que en la circulación desencadenan la secreción de citocinas pro inflamatorias al unirse a las células inmunes, desencadenado más inflamación, lo cual perpetúa el ciclo.
En cuanto a la calidad de las grasas, el desbalance se asoció con ácidos grasos monoinsaturados (omega-6), grasas saturadas y la grasa de la leche.
Dieta rica en fibra
Un elemento importante para el tratamiento y la prevención de la obesidad, por su efecto protector, es la elevada ingesta de fibra dietética.
Una de las funciones de la microbiota intestinal es promover la producción de energía a través de la fermentación de fibra y aminoácidos, en especial los Firmicutes, que generan ácidos grasos de cadena corta. Éstos podrían favorecer el desarrollo de la obesidad al representar un aporte calórico adicional.
Desde el foco contrario, encontramos que estos ácidos grasos de cadena corta pueden tener efectos beneficiosos en la prevención de la obesidad, al modular la respuesta a la saciedad y el metabolismo de las grasas.
Por un lado tenemos el efecto protector de los ácidos grasos de cadena corta y por el otro la interferencia que causan en el metabolismo del huésped. ¿Entonces es conveniente o no comer fibra?
Definitivamente si, las ventajas sobrepasan las desventajas. La proporción de energía adicional de la microbiota es poco representativa cuando se trata de perder peso, en este sentido, más afecta una alimentación inadecuada.
Dieta muy rica en proteínas
La evidencia sugiere que los aminoácidos aromáticos pueden ser descompuestos por la microbiota intestinal y generar compuestos fenólicos similares a la fermentación de los vegetales que resultaría beneficiosos.
De igual forma, se deben evitar los excesos. En el otro extremo tenemos la putrefacción de los compuestos que genera sustancias tóxicas como amoníaco, aminas, fenoles y sulfuros, los cuales incrementan la presencia de microorganismos patógenos y conducen a enfermedades metabólicas.
Uso de edulcorantes artificiales
Ciertos edulcorantes se han asociado con efectos nocivos sobre la composición de la microbiota intestinal que podría interferir con el metabolismo energético.
Entre los edulcorantes que muestran efectos en modelos animales:
- Splenda: crecimiento alterado en las bacterias intestinales.
- Sacarina: altera la tolerancia a la glucosa al modular la composición de las bacterias intestinales.
- Acesulfamo potásico: aumento significativo en el peso corporal.
- Polisorbato 80 y carboximetil celulosa: inducen inflamación de bajo grado, obesidad, síndrome metabólico y otras enfermedades inflamatorias.
¿Qué debo comer para sanar mi microbiota?
Puede que en este punto sientas un poco de confusión, porque aparentemente todo genera cambios desfavorables sobre la composición de la microbiota intestinal. A su vez, esto incrementa el riesgo de presentar obesidad.
Parece confuso, pero si recordamos un principio de la alimentación saludable todo quedará más claro: la alimentación debe ser variada, incluir la mayor cantidad de grupos de alimentos en la proporción que satisfaga las necesidades del individuo.
Eso significa que las dietas extremistas que apuntan a un solo grupo de alimentos, no te ayudarán a cambiar el estado de disbiosis de tu microbiota intestinal.
El secreto es el equilibrio y la variedad. Si quieres una microbiota variada, ofrécele a cada bacteria lo que necesita para sobrevivir.
Los probióticos y la obesidad
Son conocidos los efectos beneficios de los probióticos en el tratamiento de enfermedades que atacan directamente el intestino como diarrea crónica, síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn y cáncer colorrectal.
Desde la perspectiva de la obesidad, aún son necesarios más estudios aunque los resultados son prometedores. Los beneficios de los probióticos consistirían en modulación de la microbiota intestinal, menor resistencia a la insulina y mayor saciedad.
Entre las bacterias más utilizadas encontramos Lactobacillus como L. Gasseri, L. Rhamnosus, L. Plantarum y Bifidobacterium como B. Infantis y B. Longum, que presentan baja patogenicidad.
La suplementación se realiza a través de al menos dos cápsulas. Cada una aporta cerca de 450 mil millones de bacterias.
Los resultados son variados y dependen de la combinación de probióticos. Ahora bien, algunos estudios han obtenido reducción significativa del peso corporal, la circunferencia de cintura y la masa grasa.
Dato curioso: Trasplante fecal de microbiota para la obesidad
El trasplante fecal de microbiota para tratar la obesidad es una de las líneas más novedosas en el manejo de la enfermedad.
Los individuos obesos con síndrome metabólico mostraron mejora en la sensibilidad a la insulina tras seis semanas de ser inoculados con la microbiota de individuos delgados. Se requieren más estudios para conocer los efectos sobre la pérdida de peso.
En resumen
La microbiota intestinal es un órgano modulador de muchas funciones de las que depende el correcto funcionamiento del organismo y la conservación de la salud metabólica.
Las personas obesas presentan disbiosis, la microbiota se encuentra en un desbalance con predominio de bacterias patógenas que inducen efectos adversos en el metabolismo:
- Incremento de peso corporal.
- Resistencia a la insulina.
- Incremento de sustancias tóxicas.
- Permeabilidad intestinal e inflamación.
- Alteración en el metabolismo de las grasas.
- Estrés oxidativo.
Puede ser modulada a través de una alimentación variada sin excesos que contribuye a prevenir y controlar la obesidad.
Los avances en la medicina y nutrición sobre la microbiota intestinal y la obesidad son prometedores.